viernes, 26 de abril de 2013

El ÁGUILA REAL (Aquila chrysaetos)


Hola a tod@s!


Hoy subo una entrada basada en el ave rapaz más poderosa de nuestros cielos ibéricos, a la dueña y señora de las cumbres, el Águila real (Aquila chrysaetos)

Con una envergadura de algo más de dos metros, son aves muy longevas y que en libertad pueden superar la edad de 40 años, siempre y cuando no se topen con ninguna de sus amenazas más directas como los venenos, tendidos eléctricos y la persecución indiscriminada por el hombre (disparos, expolio de nidos, caza ilegal, etc)
 La falta del alimento principal como el conejo, la destrucción de sus hábitats, o las molestias en épocas de reproducción tampoco son precisamente factores que ayuden a su expansión.
Está protegida por la ley como todas nuestras rapaces ibéricas diurnas y nocturnas.


Dedicada a toda esa buena gente del Barraco, un sensacional pueblo en la provincia de Ávila, que nos acogieron extraordinariamente bien  en su casa y que me hicieron sentir como en la mía propia y pasar un puente de los que no se olvidan y por supuesto y muy especialmente a Jose Luis Rodríguez, un formidable naturalista y fotógrafo sin el cual, nada de esto hubiera sido posible.




Llegamos al Barraco a eso de las 23h con el zorrete  (ya añojo) congelado en el maletero y al que teníamos pensado poner en la roca al día siguiente para intentar atraer a la todopoderosa Águila real.
Nos sale a buscar Silvia, una chavala muy maja y la dueña del CTR el mirador de la Cebrera hasta la gasolinera para indicarnos el camino de la casa y la seguimos hasta allí para pasar en el Barraco los siguientes tres días más frenéticos (fotográficamente hablando) que he tenido nunca, que locura ;)
Lo primero que hago, después de las presentaciones claro está, es poner al raposo al calor de la chimenea para que se descongelara para el día siguiente, tenía que estar todo en su punto, la ocasión lo merecía.
Luego llegó Jesús Sánchez que sería nuestro “guía” durante los tres días que pasaríamos por allí mi amigo y compañero Vicente y yo. Una persona que nada más aparecer por la puerta se me pareció a Juanjo Artero de mala leche jeje, pero que nos enseñó muchas cosas de campo y de aves en general. Se portó de lo mejorcito con nosotros y le estamos enormemente agradecidos por su asesoramiento y el trato recibido por su parte en todo momento, da gusto salir de casa y encontrarte con gente así de buena y profesional en lo que hacen.
Quedamos con él para la jornada del día siguiente y prontito a la cama que había que estar frescos para aguantar las cerca de catorce horas dentro del hide que nos aguardaban.

Más fresco que el propio zorro me levanté yo de la cama de madrugada pensando en lo que se me podía venir encima.
Rápido bajamos a desayunar, en mi caso con la décima parte de lo que nos preparaba Silvia a diario y un cigarrito sería suficiente, pero mi compañero que ya va mayor el hombre, necesitaba una buena dosis de vitaminas. Eso, unido a que el tío se cuida mejor que el rey, daba lugar a unos desayunos que hasta a mi me entraban ganas de ponerme al tema.
En fin, vanalidades aparte, cuando llegó Jesús a recogernos, metemos todo el material fotográfico en la pick-up y derechos al hide en lo alto de la montaña. Casi tenemos que acoplar un remolque al coche para meter tanto cacharro, ni que fuéramos profesionales, pero esta vez no hizo falta, quizás si seguimos comprando tantos aperos la próxima vez sí que se haga necesario… ;)
Una vez colocado el hermoso zorro ya descongelado y en su punto, sólo queda esperar a que la suerte esté con nosotros y el águila acuda a la cita, que nervios.
El día comienza a despuntar y sólo entonces es cuando uno se hace una pequeña idea de donde está, ya que la entrada al hide se hace rigurosamente de noche y como dice el refrán, todos los gatos son pardos.
Las vistas al territorio de la real me intimidan, que inmensidad…


Samsung Galaxy S3


El hide parece de lo más confortable, de hecho lo es, y enseguida comprobamos que el problema con el vaho del cristal es universal, aunque con los inventos de estos artistas parece ser más llevadero hasta que por fin se desempañe del todo. No queremos ni pensar la cara de tontos que se nos quedaría si el águila viene y no podemos hacerle fotos pero en fin, son riesgos que están ahí.
A las diez de la mañana se desempañó completamente el cristal y empezamos a respirar tranquilos, con la impaciencia lógica de la espera, pero sabiendo que si venía, no podíamos fallar.
Aparecen una pareja de cuervos y empiezan a picotear un pedazo de carne que se había colocado al lado del zorro, entonces, abrimos bien los ojos y no perdemos detalle de lo que pasa alrededor, pues es muy posible que el águila no tarde mucho en venir, atraída por el movimiento de los astutos córvidos.
A las 12:45 PM, apareció como una bala un macho sub-adulto de águila real con el tren de aterrizaje desplegado para posarse sobre la comida que le teníamos preparada. Llegó por la derecha del hide sin dar lugar siquiera a meter el ojo en visor y antes de abalanzarse sobre el zorro permaneció unos breves segundos sobre una piedra cercana aunque enseguida se hizo con su trofeo y no se separó de él hasta que pasada una hora y cincuenta minutos decidió que ya estaba saciado y se marchó para no volverlo a ver.
El amigo y yo nos frotábamos los ojos para ver bien el poderío de esta formidable rapaz, a la vez que intentábamos mantener el pulso y atinar con los botones de la cámara intentando captar semejante maravilla de nuestra fauna. Sin perdernos un solo detalle fuimos testigos de la voracidad y la fuerza de esta especie y estábamos disfrutando a tope. La primera vez que tenemos a un águila real salvaje a veinte pico metros de nosotros y se está comiendo un hermoso zorro…
Las sensaciones no os las podéis ni imaginar. Sólo si se ha estado delante de un animal tan noble y evocador, se puede entender la emoción vivida.
Después de que se marchara, empezamos a revisar el material conseguido y a asimilar lo que habíamos estado viendo. Esperábamos que volviera en algún momento del día pero a medida que iba avanzando este, nos íbamos dando cuenta que nos tendríamos que conformar con lo visto hasta ahora, que no había sido poco.
El sol se iba poniendo hasta que nos convencimos realmente de que ya era imposible que volviera a aparecer y entonces las ganas de salir del hide se iban acrecentando cada vez más, pero había que seguir esperando a que se hiciera de casi de noche para salir con totales garantías de no ser visto por las águilas.
La llegada de nuestro guía nos alivió y pudimos volver al mundo real con una sonrisa de oreja a oreja y mientras metíamos las cosas de nuevo al todo terreno le contábamos a Jesús lo felices que éramos. El viaje de regreso a la casa rural fue de lo más entretenido, intercambiando impresiones y aprendiendo cosas con el de verano azul jeje.
En la casa también se pudo hacer notable lo contentos que estábamos y comenzamos a planear lo que íbamos a hacer al día siguiente, ya que teníamos pensado hacer fotos de buitres, pero el dichoso tiempo tan especialmente lluvioso mandaba y nos obligaba a posponer la carroñada o a arriesgarnos a las malas previsiones para ese día. Finalmente decidimos aplazarlo y pasar el día haciendo turismo por la zona, y hasta en eso tuvimos suerte.
 Por la mañana acompañamos a Rober, el marido de Silvia, para conocer un poco mejor el monte de aquel lugar y para que nos enseñara un hide para grandes águilas que estaban preparando y que tiene una pinta extraordinaria…


Samsung Galaxy S3


 Menos mal que pudimos disfrutar de un día libre por el Barraco y sus alrededores donde la gozamos como enanos, sobre todo en el museo de la naturaleza “Valle del Alberche”. Una obra maestra ya sea para el público aficionado o estudiosos de la materia, que consta de varios espacios o salas que se dividen en una sala principal, la más grande y espectacular, que cuenta con una reproducción a tamaño real del ataque de una pareja de lobos a un grupo de venados, rodeados de réplicas de buitre negro y leonado, águila real e imperial ibérica, culebrera, milano real, ratonero, alimoche y alguno más que me dejaré. 


Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3



Un roquedo al fondo con todo lujo de detalles y los habitantes que en el habitan como el mochuelo o los roqueros rojo y solitario entre otros huéspedes ayudan aún mas a imaginarse que uno esta en plena naturaleza.Vitrinas recubriendo las paredes nos muestran todo tipo de restos de animales ya sean de aves, mamíferos, reptiles, anfibios o insectos en forma de huesos, plumas e incluso cráneos de lobo y de perro para distinguir la diferencia entre el canis lupus y el canis lupus familiaris. Realmente sin palabras os lo digo yo. Sobresalientes fotografías del maestro Jose Luis Rodríguez, unas grandes y otras gigantes terminan de engrandecer el espacio. El colofón a esta sala lo pone una impresionante colección de invertebrados perfectamente identificados y expuestos en sus correspondientes vitrinas de cristal. Aquello ya me terminó de maravillar y aún quedaban otras cuatro salas para disfrutar.



Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3



Samsung Galaxy S3




Pasamos a la segunda sala, la sala del bosque, no menos perfeccionista, donde lo primero que salta a la vista es una pequeña reproducción de los dos típicos bosques ms representativos de la zona, el robledal y el pinar, en donde no podían faltar en forma de réplicas casi exactas, algunos de sus habitantes más representativos como el Carbonero común, herrerillos, chochín alimentando a un “pollito de cuco” (impresionante), trepadores y agateadores, picos… etc
Completa la sala un gran libro de las setas comestibles que informa a los más curiosos de los hongos más sabrosos para degustar en la mesa.



Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3



Samsung Galaxy S3



Seguimos con nuestro recorrido por el edificio para llegar a la tercera sala que está dedicada al río, al agua, a la vida.
Un audiovisual ayuda al visitante a inmiscuirse en la vida ribereña, ayudado por una fiel reproducción del lecho de un río con sus habitantes incluidos como peces, galápagos, anfibios y pequeños pajarillos de ribera.
En uno de los rincones de la sala, hay un pequeño talud de tierra donde figuradamente habita una pareja de pequeños martines pescadores, tremendo.



Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3



Continuamos sin salir del asombro y ya nos encontramos en la cuarta sala dedicada a la caza y la pesca. Ni que decir tiene que es la sala que menos me gusta, pero también es justo decir que también estaba muy bien trabajada. Lo más destacable de esta, bajo mi punto de vista, es una reproducción exacta de una pareja de machos monteses en pleno combate y una enorme pareja de machos de jabalí, acuchillándose en una pelea. Una pared  de la sala está dedicada también a la caza, pero esta vez es a la caza fotográfica, una actividad totalmente respetuosa con el medio y que reporta a quien la practica trofeos mucho más  satisfactorios que las piezas abatidas o asesinadas en muchos casos.



Samsung Galaxy S3


Samsung Galaxy S3



Samsung Galaxy S3




Para terminar nuestra visita, pasamos a la quinta y última sala del museo, la sala de la noche.
Si las anteriores estaban perfectamente logradas y ambientadas, esta no podía ser menos. Dedicada principalmente al amigo lobo y a los habitantes de la noche como búhos, lechuzas, cárabos, y murciélagos.
Siguiendo el rastro de las huellas resplandecientes impresas en el suelo, se llega hasta una especie de cuarto oscuro que es “la guarida del lobo” en donde un impresionante video, nos muestra los momentos más íntimos y secretos de esta incomprendida y amenazada especie.
Seguramente me haya dejado muchísimas cosas y detalles por describir de lo que allí podemos encontrar así que creo que merece la pena pasar un día en familia por la zona y disfrutar de todas estas maravillas y otras muchas, como las vistas que ofrece el embalse del Burguillo o el valle del Alberche.
Con tanto entretenimiento, enseguida se nos pasa el tiempo y llega la hora de comer. Hacemos un pequeño parón en el restaurante “El Descanso” donde nos metimos entre pecho y espalda un suculento entrecot con su correspondiente guarnición regado con un vinito de la casa que nos sentó a las mil maravillas.
Después del pequeño paréntesis, seguimos con nuestra ruta por la zona para recorrer en coche todo el valle del Alberche con visita a otro museo de naturaleza que sin desmerecerlo en absoluto, no tenía nada que ver con el primero, pero que igualmente es visita obligada para el viajero.
El día iba tocando a su fin y nosotros regresamos al pueblo para cenar y prontito para la cama a descansar, ya que ha sido un intenso día sin parar de ver cosas y a la mañana siguiente volvemos a madrugar para intentar realizar una buena carroñada.
Esto será tema para la próxima entrada que la dedicaré a esos grandes colosos del aire, a la brigada natural de limpieza del campo, a mis queridos amigos los buitres…

Os dejo con alguna foto del sub-adulto de águila real con el zorro, espero que os gusten.

Un saludete y hasta la próxima...







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/500seg   f 4   ISO 800   +0.7ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/200 seg   f 5   ISO 640   +0.3ev. Hide






Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/250seg   f 5   ISO 640. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/400 seg   f 5   ISO 640   +0.7ev. Hide





Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/400 seg   f 5.6   ISO 640. Hide






Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/320 seg   f 5   ISO 800   +0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM +Canon extender 1.4X.   1/320 seg   f 5   ISO 640   +0.3ev. Hide





Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/320 seg   f 4   ISO 400   +0.3ev. Hide





Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/640seg   f 5   ISO 640. Hide









sábado, 13 de abril de 2013

EL ÁGUILA IMPERIAL IBÉRICA (Aquila adalberti)


Hola a tod@s:

La entrada de hoy va dedicada a una de nuestras obras maestras de la naturaleza, una de las rapaces más escasas del mundo, el águila imperial ibérica (Aquila adalberti).

 También muy especialmente a mi padre que aunque no me lo demuestre demasiado, se que le gusta lo que hago, a mi madre que es una santa y se merecía un monumento en la rotonda de entrada al pueblo como mínimo, por aguantarme lo que me aguanta y por sacarme las castañas del fuego en más de una ocasión y las que la quedaran a la pobre y a mi hermana, simplemente por ser como es, por ayudarme en todo lo que la pido y por enseñarme tantas cosas importantes en la vida. Gracias, os quiero mucho.




Por desgracia, pocas son ya las parejas de esta formidable rapaz que hace tan sólo un siglo llegó a ser incluso abundante. El animal más destructivo para la vida, el ser humano, se ha encargado de llevarla al borde del exterminio, lamentable.
La buena noticia es que el número de parejas reproductoras ha aumentado desde los años noventa aunque sigue estando en grave peligro de extinción.

Habita exclusivamente en zonas muy concretas de nuestra península. Esto hace que para cualquier amante de las aves, ornitólogo, aficionado o profesional de la fotografía de fauna, sea bastante complicado el simple avistamiento de un individuo y máxime poder documentarlo, sobre todo si se vive en zonas donde ya está extinguida pero, a día de hoy, existe gente ultra profesional  podría decirse que dedican un montón de horas de estudio y observación de la especie, durante días, semanas, meses, incluso años para la localización de territorios, posaderos etc. y que, con el máximo respeto hacia el entorno y sobre todo hacia la especie a trabajar, permiten vivir una de las experiencias más alucinantes que uno puede tener en la vida que de otra manera sería casi imposible, siempre y cuando tengas la suerte de que el animal quiera acudir a su cita. Hay que recordar que son animales salvajes y existen muchos factores que pueden provocar que te quedes con las ganas…
Desde aquí mis más sinceros agradecimientos a mis amigos José y Helios que realizan un colosal trabajo desde su empresa:  ” Photoraptors” para que gente como yo nos podamos sentir realizados en esta perra vida.





Son las dos de la madrugada y me levanto como un resorte de la cama. La verdad es que no he pegado ojo desde las once que me acosté con los nervios de lo que me podría estar sucediendo al cabo de unas cuantas horas.  He quedado con Helios a las seis de la mañana en Cáceres, en un pueblo llamado Salorino,( ya no se me olvida el nombre del pueblo),  y con todo el equipo preparado me pongo a hacer el viaje que poco a poco y si Dios quiere, me llevará hasta la imperial.
El viaje es de lo más tranquilo y placentero, no llueve en todo el camino, y a escasos 20 kms de la llegada empieza a caer. Maldita suerte la mía pensaba, pero el susto se me pasó pronto pues enseguida cesó la lluvia mientras se acrecentaba mi ansiedad por que llegara el momento de tener a la vista a la bicha…

Llego con tiempo de sobra, no quería correr ningún riesgo y echar al traste todo el plan, así que decido intentar echar una cabezadita en el asiento del coche mientras pasan lentos los minutos. ¡Que aburrimiento por Dios!, no conseguía dormirme y no sabía qué hacer hasta que unas luces, que aparecieron a toda prisa, me dieron un poco de vidilla. Una pareja de la Benemérita se me presenta a todo correr, cual si estuviera yo atracando un banco en Suiza o que se yo, y me atraviesan el Almera delante de mi coche, salen los dos a todo correr y me piden que me identifique…
Con una de mis mejores caras les digo que por supuesto me identifico y lo que haga falta por ayudar, pero me han asustado un poco ustedes… que risas me pasé, no entraré en detalles.
No sé qué pasa que nada más que ven un coche pegado al suelo con grandes llantas se empiezan a frotar las manos y si encima lo conduce una persona joven ya les chispean los ojillos, que gente más maja.

Solucionado el show, me quedé esperando y en breves instantes,  aparece Helios. Traspaso todos los aperos desde mi coche y nos ponemos rumbo a la sierra con la Kangoo.
El trayecto hasta el hide es de lo más enriquecedor para mí, no paro de preguntar a Helios cuestiones que me inquietan y él gustosamente me responde, asique estaba encantado de la vida, y el día no había hecho más que empezar.
Rigurosamente de noche,  subimos hasta el hide y me meto dentro para pasar allí las siguientes catorce horas. Ni qué decir tiene,  que este sistema es absolutamente necesario si se quiere preservar la intimidad y el bienestar de las aves, que siempre es lo primero.


La mañana va despuntando y comienzo a escrutar con la vista  todo el entorno que me rodea, “¡qué maravilla!”,  pensaba, si viviera yo aquí… fantasías que se me pasan por la cabeza de vez en cuando y cada vez que salgo de casa jeje.
El dichoso cristalito del hide estaba chorreando agua de mala manera (por dentro) y en esos momentos solo rezaba para que no aparecieran los bichos aún. Se me hacía imposible el simple hecho de enfocar así que solo deseaba que el cristal se desempañara por completo para poder liberarme de la angustia que tenía. 



Samsung Galaxy S3


Los rezos no debieron de servir de nada porque a las 09:27 AM, aún con el cristal impracticable, se posó sobre un chaparro, con la elegancia que le atesora,  un impresionante macho sub- adulto de águila imperial ibérica………….. Qué cosa más bonita, que perfección, que porte, que elegancia, que bicharraca…
De todas formas, era  una sensación agridulce. Enormemente contento porque la tenía delante pero no podía hacerle fotos. En verdad sí podía y, de hecho,  alguna le hice pero no merecía la pena, quedaban inservibles para mi gusto así que resignación y a intentar disfrutar mientras se pueda de unas vistas tan exclusivas. Además, el águila estaba muy atento al sonido del obturador,  Helios decía que no el jodío, por SMS, pero yo lo notaba y a los pocos minutos, miró hacia el hide y se marchó volando. Yo, que soy inexperto con este tipo de bichos,  me llevé la desilusión de mi vida. En las ocasiones que he trabajado en la zona en que resido,  con ratoneros, milanos y demás, he podido comprobar que en el momento que  salen volando de esa manera asustados por cualquier leve sonido o movimiento desde el hide,  no suelen volver a posarse cerca, pues supongo que no están del todo confiados y yo pensaba: si no vuelven los ratoneros o milanos, la imperial no la vuelvo a ver ni de coña. Estaba más desilusionado que cualquier cosa y le mandé un SMS a Helios para contarle lo ocurrido. Él me animó cuando me dijo que seguramente volvería. Yo me aferraba a esa posibilidad y rezaba para que tuviera razón, para que volviera.

Poco a poco, y con la leve subida de las temperaturas, el cristal espía volvía a recobrar su transparencia, a buenas horas decía yo pero en fin, ahora sí que si entrara  el bicho lo “acribillo” de mala manera jeje.



Samsung Galaxy S3



Samsung Galaxy S3


El panorama está de lo más tranquilo cuando a las 10:54 escucho el reclamo de un águila imperial a escasos metros del hide pero fuera de mi vista y entonces me cambió la cara pero sobre todo el estado de ánimo. ¡Qué subidón!

 A las 10:58 la volví a tener posada a unos 22 metros frente a mí y entonces se me subió la respiración a la garganta (más que cuando vi a los guardias aparecer a toda prisa) y empezó mi ritual de estress y nerviosismo dentro del hide por querer hacerlo todo bien, otra cosa es que lo haga. Es una cuestión superior a mí pero ya me voy acostumbrando a esa bendita angustia…


Tras una intensísima media hora, el animal se va de nuevo para volver a entrar a las 12:24 durante otros siete minutos y volverse a marchar. A las 13:56 vuelve a posarse hasta las 14:12. En este momento, los cuervos han entrado en escena y el águila no parece estar muy contento con su compañía. Hace algún vuelo detrás de ellos y se vuelve a posar unos minutos hasta que comienza a caer un pequeño chubasco que descarga rápido. Se ve que no le gusta mojarse y enseguida se va, supongo que a refugiarse de la lluvia. El cristal no se resintió mucho con la lluvia y se podía fotografiar divinamente, sólo quedaba que volviera a aparecer el actor principal, y si ya aparecía algún espontáneo en forma de damero, ya sería la guinda.

Llegadas las 15:20, efectúa una nueva entrada a un nuevo posadero para regocijo mío, era la quinta vez que volvía y yo no podía estar más orgulloso de lo que me estaba pasando, qué sensaciones más difíciles de explicar. Esta vez permaneció unos escasos cinco minutos y se volvió a dejar caer ladera abajo. Al poco tiempo la veo en las alturas volando casi en paralelo junto a otro ejemplar,  y enseguida los pierdo de vista ¡qué gozada me estaba pegando!, alucinante.

Los minutos siguen pasando y es entonces, cuando me empiezo a dar cuenta de lo anquilosados que tenía los huesos del cuerpo, sobre todo  las rodillas que parecen que se van crujir jeje pero la experiencia estaba mereciendo la pena, y de qué manera. Aprovecho para llenar un poco mi buche con el bocata que me preparó mi hermana la noche anterior (gracias hermana, que haría yo sin ti) y repasar los gigas impresos en tas tarjetas de memoria.
La alegría que tengo es desmedida, en mi vida había estado yo tan cerca de un águila imperial que bárbaro.

La tarde sigue avanzando y si que tengo la esperanza de que vuelva a aparecer. Todos los tontos tienen suerte dicen, asique ¿por qué no se iba a posar a última hora de la tarde con las últimas luces?
La cuestión es que desde que se fue pasadas las tres, no la volví ni a escuchar y sólo a al final del día aparecieron los omnipresentes cuervos que me hicieron entretener un poco hasta que se hiciera de noche y me vinieran a buscar.




Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM + Canon extender 1.4X.   1/320 seg   f 5.6   ISO 400   +0.3ev.



Tenía tantas ganas de salir del agujero como de meterme al día siguiente en él para repetir la experiencia pero las posibilidades económicas tienen un límite y hoy por hoy, el trabajo manda por encima de casi todo y tenía que regresar para cumplir al día siguiente.

Cuando regresabamos ladera abajo hasta la furgoneta, vamos charlando de lo que ha dado de sí la jornada y estoy de lo más contento con lo sucedido. Así se lo hago saber y muy a mi pesar tocaba la hora de volver. Me hubiera encantado quedarme más tiempo charlando de estos asuntos pero no pudo ser.

Llegados a Salorino de nuevo, recojo mi cohe y me pongo rumbo a Vitigudino City. Me da una pereza impresionante tener que conducir otra vez pero con la alegría que tenía en el cuerpo aguantaba eso y todo lo que me echaran y con la marcha que imprimían los Groundation en el coche se me pasó el viaje de vuelta de lo más llevadero.

Hasta aquí puedo contar, lo que hice con mi lorito cuando llegué a casa ya me lo guardo para mi jajaja.



Los datos de las horas de entrada y salida del animal son totalmente exactos, ya que todo esto y mucho más esta documentado de por vida en mi PDA, o papel de apuntar.




El relato que he contado, lo he intentado resumir todo lo posible aunque sin omitir los detalles del número de veces y el tiempo que permaneció frente al hide por si a alguien le puede servir de algo y se quiere animar a intentarlo porque una historia así da para mucho os lo puedo asegurar. 



Las opiniones aquí vertidas son totalmente personales así que no me hago responsable de lo que la gente pueda opinar jeje.


Espero que os guste la pequeña muestra de fotos que conseguí aquel maravilloso día y os enseño a continuación.

Un saludo y hasta la próxima entrada







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.    1/640 seg   f 7.1   ISO 400   -0.7ev. Hide








Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/500 seg   f 7.1   ISO 250   -1ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/160 seg   f 5.6   ISO 250   +0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/1250 seg   f 4   ISO 250   -0.7ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/200 seg   f 4   ISO 250   +0.7ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/160 seg   f 5.6   ISO 400   +0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/125 seg   f 7.1   ISO 250   +0.7ev. Hide








Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/200 seg   f 7.1   ISO 400   +0.3ev. Hide








Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/160 seg   f 5.6   ISO 250   +0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/200 seg   f 4   ISO 250   +0.7 ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/400 seg   f 7.1   ISO 400. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/160 seg   f 5.6   ISO 250   +0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/500 seg   f 5.6   ISO 250   -0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/160 seg   f 6.3   ISO 500   +0.3ev. Hide







Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/100 seg   f 7.1   ISO 250   +0.7ev. Hide










Canon EOS 1D MARKIII y 400mm f 2.8 USM.   1/200 seg   f 4   ISO 250   +0.7ev. Hide