martes, 6 de mayo de 2014

EL ÁGUILA CALZADA (Hieraetus pennatus)





Hola a tod@s!




Después de algún tiempo trabajando nuevas especies, por fin he podido obtener algunos resultados que más adelante compartiré con todo el que lo desee.


La nueva entrada que hoy me ocupa, se la dedico a una de las aves de presa más bonitas, elegantes, atractivas y cazadoras (con permiso de la perdicera) que surcan nuestros cielos por estas fechas, el Águila calzada (Hieraetus pennatus)


Es la más pequeña de nuestras preciadas Águilas ibéricas, de ahí que algunos científicos la denominen Aguililla calzada. Un nombre diminutivo que creo no la describe y me resisto a llamarle.
 Aunque es verdad que no posee el gran porte de las más grandes, otras muchas cualidades, agilidad, valentía, decisión y “efectividad” en sus lances, hacen de ella un animal extraordinario, capaz de enamorar en un segundo a cuantos la observen.
 Efectividad relativa, ya que más del 70% de los ataques de las Águilas a sus presas naturales, no tendrán éxito.


Suelen darse dos coloraciones de plumaje en esta especie bastante diferenciadas entre si, independientemente del sexo o la edad de los ejemplares. Fase clara y fase oscura aunque según la información que existe actualmente, también hay una fase intermedia.


Rapaz estival, llega a la península desde sus cuarteles de invernada en el África subsahariana sobre finales del mes de Marzo para reproducirse y permanecer con nosotros hasta bien entrado Septiembre, fecha en la que pondrá rumbo de vuelta, escapando de los rigores del invierno.


El hábitat de esta maravilla alada no es tan exigente como el de otras especies y la podemos encontrar casi en cualquier punto de la península. Si bien está ausente en zonas de costa, la estepa o la alta montaña, la podemos localizar en todo tipo de biomas forestales, sobre todo  en campiñas con bosques y monte bajo. Es escasa en Galicia, cornisa cantábrica, parte de Aragón y Levante.


La base de la alimentación de esta esculpida rapaz de color canela, se basa principalmente en pajarillos de pequeño y mediano tamaño siendo presas frecuentes mirlos, alcaudones, palomas y pequeños córvidos como urracas, arrendajos o rabilargos, ejerciendo en este último grupo un cierto control de sus poblaciones.
Grandes saurios como el lagarto ocelado o pequeños mamíferos que oscilan desde el ratoncillo al gazapo de conejo, completan las necesidades alimentarias de esta especie.


Durante el mes de Abril, generalmente, estarán muy activas y ocupadas construyendo un nuevo nido o reformando el viejo de años anteriores y en delimitar y proteger su territorio con prodigiosos y espectaculares vuelos comenzando entonces las paradas nupciales, consistentes en acrobacias aéreas con entrechocados de garras y reclamos sonoros audibles a larga distancia entre otros comportamientos.


Es ya a finales de Abril o primeros de Mayo, cuando la hembra pone uno o dos huevos, pocas veces tres, que incubará aproximadamente durante unos 37 días en el nido que generalmente, estará construido o reformado a base de ramas y palos secos, que tapizarán con hojas frescas en la horquilla de cualquier árbol que sea suficientemente robusto para sustentarlo.


Las principales amenazas que ciernen sobre ella, son como casi siempre de origen antrópico. Por citar algunas, los malditos plaguicidas y rodenticidas, la degradación de las áreas forestales con incendios o tala, sobre todo ahora que se pone de moda la biomasa, que suena muy bien, bio-masa, pero que convierten el monte en dehesa acabando con un sinfín de especies vegetales e invertebrados. Las molestias cada vez más frecuentes en época de cría, debido a que cada vez son mayores los espacios recreativos que los naturales, la caza ilegal por escopeteros que se creen que se comen “sus” perdices, (en realidad son sus mejores aliadas) el expolio de nidos, accidentes con cercados ganaderos o tendidos eléctricos, son solo algunas de las dificultades que tienen que superar para sobrevivir.








Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM.   1/4000 seg   f 4.5   ISO 500     Hide. 













Un sueño desde niño, una idea en la cabeza, muchas ganas de intentarlo y manos a la obra.

El año pasado ya lo intenté con esta especie pero hubo complicaciones e imprevistos, que me hicieron desistir en el intento y quedarme con las ganas ya que para mi, no todo vale, pero sólo sería temporal.


Dicen que de los errores se aprende y en este caso, me sirvió para limar muchos factores con los que no contaba ya que los primeros días, se repetían los fracasos, alguno más estrepitoso que otro.


Después de buscar durante mucho tiempo una nueva zona que reuniera los muchos requisitos que considero esenciales para poder practicar este objetivo, después de tener la gran suerte de encontrar el lugar adecuado, sólo quedaba sacar tiempo de donde fuera para poder colocar el hide. Lo antes posible.


 El aguardo es pequeñito y de lo más sencillo, de un metro cuadrado aproximado por uno cincuenta de altura, totalmente mimetizado con el entorno y que le hace a uno sentirse más integrado en plena naturaleza. Lógicamente, no es demasiado cómodo. Cuando llevas ciertas horas, se convierte en un pequeño habitáculo de tortura pero a mi forma de ver las cosas, le da un toque de “furtivismo” que me hace sentir sensaciones que desde hacía tiempo, no tenía dentro de un hide.






Samsung Galaxy S3






La entrada y salida del aguardo la hago de noche para no molestar a las aves y que puedan llegar a descubrir el escondite, con la desconfianza que eso implicaría para el resto de sesiones.

A veces es duro pero hay que sacar la parte positiva. Te da tiempo a escribir muchas cosas, pensar, leer algún libro que otro, revistas, publicaciones… hasta leer las etiquetas de los envases ayudan para entretener el tiempo.
 Como evento especial al que asisto de vez en cuando, es ver la cópula entre un par de escarabajos que tengo como inquilinos, un entretenimiento más. Cualquier cosa es buena para estar ocupado. 

Luego, cuando tienes a las Águilas encuadradas en el visor de la cámara, el tiempo perdido se revaloriza y sientes satisfacción, enorme satisfacción, mezclada con una sobredosis de nervios y ansiedad de no liarla ni hacer nada mal, que hacen que la respiración y el pulso, literalmente se disparen hasta límites poco saludables.


Olvidas todos los madrugones, las horas de espera inocuas, los fracasos e intentos fallidos, incluso los problemas cotidianos desaparecen de un plumazo, nunca mejor dicho, y no piensas más que en poder disfrutar de los maravillosos momentos que te quieran brindar las rapaces ese día.


Tratas de relajarte, de controlar el pulso, la respiración, y sobre todo, de no ser detectado por la poderosa y penetrante mirada de las calzadas mientras intentas conseguir imágenes de lo que acontece. El tiempo entonces, cobra otra dimensión y los minutos que tan largos se hacen en otras condiciones, pasan ahora volando, como el picado de una calzada, sin tregua.


Sientes que al menos, por unos minutos, estás completamente integrado con ellas, que las injusticias de la vida no van contigo, que no necesitas a nadie para sentirte bien, que has podido gozar de algún momento de intimidad único e irrepetible.


Cuando sacian el apetito, me abandonan, dejándome con una cara de felicidad desmedida, de gilipollas como vulgarmente se dice. Gilipollas realizado eso sí. 


A veces vuelven, me brindan nuevas poses y se vuelven a marchar. Otras veces me tengo que conformar con sentirlas cerca, escuchar sus conciertos sonoros o verlas fugazmente a lo lejos, dominando su parcela de cielo, sus dominios.


Después tengo tiempo para reponer fuerzas, de fumarme un placentero cigarrillo o los que quiera, relajarme, visionar el material obtenido los días que lo consigo, tiempo de maldormir, de escribir la crónica del día, de volver a pensar, de cansarme…


Poco a poco, la luz va desapareciendo, ofreciéndome un espectáculo visual como pocos, los días que hay sol, siendo testigo de una puesta espectacular en el horizonte.

 No me hace falta el reloj. El fotoperiodo delata claramente cuando se puede salir con totales garantías del hide.

Ya es casi de noche y empiezo a recoger todos los aperos de trabajo. Salgo del hide doblado como una alcayata y a estas alturas ya no puedo casi subir la mochila a los hombros.
 Creo que es justo el peso necesario, el de la mochila, para que me terminen de crujir del todo las rodillas pero al cabo de un rato compruebo como éstas, todavía aguantan. Incluso saltan regatos aún.


Me dispongo a recorrer el escaso kilómetro que me separa del coche, escondido al pronto de la mañana bajo una hermosa y centenaria encina, esperando que algún agreste jabalí me pueda dar alguna sorpresa a esas horas que ellos se desperezan y yo me voy a descansar.


 Aprovecho por el camino para desentumecer los maltratados músculos y mientras, los mirlos más trasnochadores o algún intépido Cárabo, ponen la nota musical a mi pequeño paseo de regreso a casa.



Os dejo como siempre, y espero no haber entretenido mucho a cuantos se hayan detenido a leer el texto, con una breve muestra de las imágenes que he podido conseguir en las últimas semanas para no ser demasiado cansino o repetitivo, donde he tenido una meteorología de lo más variable.
 Menos frío intenso, ha habido de todo. Días de calor, de mucho calor, de fresco, de frío leve, de viento, lluvia, lluvia extrema…




Un saludo a tod@s , hasta la próxima entrada, y a disfrutar de lo espectacular de esta primavera.


Carlos Abejón Medina















Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/1000 seg   f 8   ISO 400   Hide.










Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/800 seg   f 7.1   ISO 250.   Hide.










Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM.   1/2500 seg   f 4.5   ISO 500.   Hide.











Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM.   1/2500 seg   f 5   ISO 640.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/1250 seg   f 6.3   ISO 640.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/2000 seg   f 6.3   ISO 640.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/800 seg   f 6.3   ISO 640.   Hide.











Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM.   1/800 seg   f 5   ISO 640.   Hide.













Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/1250 seg   f 5.6   ISO 640.   Hide.













Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/1250 seg   f 5   ISO 640.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/640 seg   f 9   ISO 250.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/400 seg   f 8   ISO 1000   +0.3ev.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/2500 seg   f 6.3   ISO 640.   Hide.













Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/500 seg   f 4.5   ISO 500.   Hide.











Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/3200 seg   f 5   ISO 640.   Hide.












Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/800 seg   f 6.3   ISO 640.   Hide.













Canon EOS 1D Mark IV y 400 mm f 2.8 USM + extender 1.4x.   1/800 seg   f 6.3   ISO 640.   Hide.





10 comentarios:

  1. Menudo curre, menudas fotos, menuda entrada.

    Lo único malo esa mark IV igual teníamos que plantearnos un cambio, ja,ja,ja.

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    1. Muchas gracias Amador. Cuando quieras la cambiamos ya sabes ;)
      Un saludo artista!!

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  2. Bueno por fin veo tu blog actualizado y por lo que veo con una nueva máquina, que espero te de los resultados y rendimiento que deseas, en cuanto a las fotos, me parecen buenísimas, con un encuadre soberbio.

    PD, y ya se sabe, el que algo quiere, algo le cuesta, lo digo por las horas de hide.

    Un saludo.

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    1. Se agradecen tus palabras amigo. Me encantaría actualizar el blog más de vez en cuando, pero no me da para más. De la máquina sin comentarios, que va a parecer que hace ella las fotos en vez de yo jajaja.
      Sobre el encuadre que comentas, explicar que un buen número de fotografías que ves, no todas, tienen un leve recorte para reencuadrar. En el campo, con los nervios y demás, no se puede estar a todo aunque lo intento.
      Ojalá el echar buenas horas de hide garantizaran los resultados. Que te voy a contar yo... Esta vez hubo suerte

      Un cordial saludo y gracias por pasar

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  3. Impresionantes las fotografías. Me gusta especialmente la de la lluvia. Enhorabuena y un saludo.

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    1. Gracias por pasar. Completamente de acuerdo contigo, la lluvia da un toque especial a las imágenes.
      Un saludo

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  4. Charlie soberbio!!Qué ya me pusiste al tanto durante tus jornadas de hide, increíble no he visto a nadie con una foto igual a las de esta entrada. Eres un grande!! (El Pedro)

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  5. Ttu si que eres grande Peter... y exagerado!!
    Un fuerte abrazo

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  6. Buenas Carlos. Pedazo de blog y tremenda entrada la de la calzada, con unas foto espectaculares, sobre todo las de la pareja. Un abrazo muy fuerte y enhorabuena

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    1. Muchas gracias Jesús por tus palabras. Lo mismo digo de tu blog, de lo mas completo que se puede ver.
      Un saludo

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