martes, 10 de junio de 2014

ANILLAMIENTO DE CIGÜEÑA COMÚN (Ciconia ciconia)





¡Hola a tod@s!



La entrada de hoy, es un poco diferente a las que suelo hacer habitualmente pero la ocasión bien lo merece y si bien no se trataba de hacer fotografías desde un agujero a una especie determinada, sí consistía en hacer otra gran labor, a mi manera de ver, bastante más importante que la de inmortalizar a cualquier animal, y no es otra que la de anillar los pollos de una gran colonia de Cigüeña común (Ciconia ciconia) para el posterior estudio de sus poblaciones.

 Los datos obtenidos de las aves anilladas o recuperadas quedarán archivados, tanto a nivel nacional como europeo. Cuando un ave anillada vuelve a ser capturada, se toman de nuevo sus datos y se envía la información a la Oficina de Especies Migratorias del Ministerio de Medio Ambiente donde se elabora un historial de cada ave, en el que se incluyen los datos del anillamiento y los de las sucesivas capturas.

 Los pares de datos anillamiento-recuperación, permiten definir rutas migratorias de las aves, áreas de descanso y de invernada, etc. además de proporcionarnos información básica sobre la biología de las aves, como tasas de supervivencia, fenología, éxito reproductor, tamaños poblacionales, diferencias fenológicas en la migración en función de la edad, sexo, grado de acumulación de grasa, etc.

  En definitiva, cuantos más datos se conozcan de una especie determinada, mejor se la puede conservar.

Además, tengo una ilusión especial en llevar a cabo este proyecto en concreto, pues tengo el recuerdo nítido de cuando era más joven, con nueve años recién cumplidos, y la afición que teníamos de "ir a nidos". Una práctica atroz muy común por aquel entonces y gracias a Dios bastante erradicada ahora, aunque sigan existiendo los expoliadores de nidos, causando molestias y robando la vida de las futuras aves. Es verdad que nosotros lo hacíamos por  el desconocimiento mas absoluto de las consecuencias que tenían nuestros actos en los animales, no por codicia ni maldad, pero de igual modo hacíamos daño, y es una espinita que llevo clavada dentro y de alguna manera, me gustaría aportar lo que esté en mi mano para que esto no vuelva a suceder en las nuevas generaciones y devolverle un poquito a la naturaleza lo que antaño le quité.



Para llevar a cabo esta gratificante labor, contamos con las directrices de un anillador especialista llegado desde Madrid, con una dilatada experiencia de más de veinte años en este mundo, que junto a otro gran experto anillador, éste de la zona, nos marcan las pautas que deberemos seguir para realizar las tareas lo más rápida y eficazmente posible.

Además, contamos con la inestimable y siempre agradecida colaboración de los más pequeños, nuestra cantera, la generación futura que será la encargada de intentar preservar lo que la nuestra no parece ser capaz de valorar.

Ellos son la esperanza, y sólo una buena educación y concienciación ambiental a tiempo, será capaz de hacerles ver lo que tenemos, la riqueza infinita que nos supone a nosotros y al resto de seres vivos y la importancia de su conservación.

De otra manera, con la juventud que se está creando en los tecnológicos y difíciles tiempos que corren, analfabetos de lo rural y de lo antiguo, de lo ecológico, de lo sostenible y lo natural, la decadencia fulgurante de nuestros ecosistemas está más que asegurada.

Estamos a tiempo, tenemos la materia prima; a las personas habría que formarlas en este sentido principalmente desde las escuelas, que es donde se forman para la vida a los niños y adolescentes. Claro que para ello se deberían contar con docentes cualificados en la materia ya que de otro modo, la enseñanza no tendría sentido. Pero es mejor recortar en educación.

Ese sería un tema muy largo de argumentar tal y como uno lo ve , lo barrunta, por lo que no me voy a desviar del tema que me ocupa en esta crónica.





Por fin llega el Sábado por la mañana, y una vez todos reunidos en el lugar acordado, comenzamos la actividad temprano, con la fresca y el rocío y una vez que cada uno conocía su cometido, nos pusimos manos a la obra.

La tarea era sencilla aunque tenía que ser minuciosa, pero con un sistema de trabajo bien pormenorizado con anterioridad y la ayuda de un GPS, podíamos acceder a los nidos  con estricto orden en relación a como se había actuado durante los tres años que se lleva anillando esta colonia en particular.

Tras colocar la escalera de doble altura sobre las enormes construcciones que utilizan las cigüeñas para la crianza de los pequeños, generalmente sobre viejos Robles, había que bajar al suelo a la prole, que variaba de uno a tres pollos, dependiendo el nido, para comenzar con su pesaje, medición de la longitud del ala y el posterior marcaje con una anilla metálica primero, y una de material plástico con grandes dígitos después.  Se toman también otros datos como el día y la hora del anillamiento, número de descendientes etc.





Comenzando la actividad



La primera anilla, la de metal, lleva grabado un remite que identifica a la estación anilladora donde se centralizan los datos y un código alfanumérico consistente en uno o varios dígitos, combinados con letras, dependiendo el tamaño de la anilla. Cada una de las anillas lleva un código correlativo, por lo que con la colocación de esta en el ave, el ejemplar queda identificado de por vida con ese código o número.
La segunda, la de material plástico, consiste en una serie de números y letras también correlativas pero con dígitos mucho más grandes, legibles a cierta distancia con dispositivos dedicados a la observación como pueden ser  prismáticos, telescopios etc. De este modo, no es necesario volver a capturar al ave para la lectura de la anilla.




Anilla plástica


Obviamente, dependiendo del tamaño de cada especie, se 
utilizarán un tipo de anillas u otras. En este caso, las dos.





Anillando bajo la atenta mirada de los niños




En otras aves, se tomará algún dato más de lo explicado anteriormente, como puede ser el sexo, la edad, desarrollo muscular y cantidad de grasa acumulada por las especies migratorias, estado de muda de las plumas etc.

Una vez se terminan de tomar los datos, se devuelven los pollos a su lugar, comenzando con otro nido, y así sucesiva y ordenadamente hasta terminar de contabilizarlos todos.




Subiendo pollo al nido

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Mientras tanto, una gran nube de sobresaltadas Cigüeñas nos observan meticulosamente desde el aire, sin perder de vista lo que acontece en su zona de nidificación y cría, y volverán a proteger a su descendencia tan pronto como nosotros, los humanos, nos hayamos alejado del lugar.

Las conclusiones que se pudieron sacar de aquella jornada, son las siguientes:

En más de 90 nidos revisados, se anillaron un total de 65 pollos. Una tasa de éxito reproductivo bastante por debajo de años anteriores, siendo menor el número de pollos por nidada y mayor el número de nidos estériles por los motivos que ahora os contaré:

Algunos de los nidos estaban fracasados, es decir, donde habían criado la primavera anterior, esta vez no lo habían conseguido. Otros, estaban depredados por algún carnívoro nocturno, posiblemente Garduña (Martes foina), dando al traste con la descendencia de algunas de las parejas y a la vez, manteniendo las densidades de población de esta especie, la Cigüeña común.

En menor medida, se encontraron pollos muertos por diferentes motivos, o algunos pollos tardíos, poco desarrollados, con unas tallas muy por debajo de la media y que tenían muy comprometida la supervivencia. También encontramos en las plataformas, huevos sin eclosionar además de árboles viejos, Robles, que no aguantan con el peso del nido y que terminan cayendo al suelo cual coloso abatido.

Los pollos anillados, mostraban en sus plumas rectrices una especie de bandas o rayas, síntomas de que durante el desarrollo de esas plumas, no han tenido alimento suficiente y han llegado a pasar hambre. Este mismo patrón se repetía en la gran mayoría de los jóvenes estudiados.

Los motivos de la descendencia progresiva de esta colonia, nuestra colonia, pueden ser muchos y muy diversos pero el principal factor, es la falta de disponibilidad del alimento con la que contaban antes de la desaparición muchos vertederos que sin duda ayudaron a expandir su población, cuando estos eran abundantes y estaban al aire libre.

En resumidas cuentas, fue una jornada de lo más entretenida y gratificante, haciendo nuevas amistades, todas ellas excelentes personas y comprometidas con el medio.

Agradecer también a la gente de Traguntía su colaboración desinteresada, y felicitarles por la comida, que estaba buenísima, al igual que el vino, y fuimos todos invitados por ellos, donde pudimos tener un merecido descanso y tuvimos la ocasión de intercambiar las impresiones que nos parecieron oportunas, antes de volver a retomar la actividad por la tarde de la que un servidor, no pudo disfrutar.

Os dejo con las fotos de la jornada.



Gracias a todos y hasta la próxima








Sacando anillas plásticas









Preparando la anilla









Apretando anilla metálica










Pesando un pollo de Cigüeña









Verificando nidos











Marcaje con anilla metálica













Tranquilizando a los pollos










Pesando a otro pollo












Pollos de Cigüeña ajenos a los acontecimientos













Enseñando a los mas pequeños













Pollo solitario













Midiendo la longitud alar












Introduciendo pollo a la saca para su pesaje










Pesando











Pareja de pollos antes del marcaje











Subiendo el pollo al nido













Colocando anilla plástica















Una de las polladas mas numerosas











Tomando buena nota








Se respira buen ambiente












Detalle del marcaje con anilla plástica












Pico partido y mal soldado













Detalle del pico inferior partido. Difícil tendrá la supervivencia













Cerrando anilla metálica














Mientras la comida...











Cogiendo pollos para bajar del nido












Bajando pollo para anillar











Explicando el por que del pesaje











¿Habrán entendido algo? Seguro que si












Enseñando a los más jóvenes













Devolución del pollo a su nido












Todos atentos al maestro anillador













Los pequeños, sin perder detalle










Tomando fotografías de un nido












Tres pollos, fueron la excepción












Curioso. Pesado nido sobre espino

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